jueves, 25 de febrero de 2010

Nuestra democracia

Todos los días se lee el periódico y se observa una profunda polarización en la sociedad que no había sido observada nunca en la historia del país, acompañada por una creciente exclusión de todo sector que no esté de acuerdo en algún aspecto de las políticas de unos gobernantes dispuestos a permanecer en el poder a toda costa aún cuando la historia y nuestra memoria ancestral bolivariana nos indica que es nocivo para cualquier sociedad.


Nos encontramos también con los frutos de un discurso dirigido a encender odio y además trata de culpar de todos los males que ocurran en el país a cualquier factor externo a nosotros mismos, como si la sociedad venezolana no cometiera nunca errores sino que está constantemente expuesta a las decisiones arbitrarias de un sector interesado en establecer un estado de miseria permanente.

El común denominador de la población parece no estar consciente del juego político que se desarrolla bajo sus pies y sobre sus cabezas, y sólo ven los resultados “posibles” de las decisiones del ejecutivo sin tomar en cuenta las consecuencias a largo plazo ni los resultados que políticas similares han tenido en el pasado.

Miles de ejemplos serían citados, pero siempre se va a contar con el apoyo de la población que no sigue nunca los “avances” de las decisiones políticas antes tomadas y simplemente se contenta con apoyar cada nueva imposición de nuestros gobernantes pensando que toma medidas para “frenar” a algún sector que se está “aprovechando” de ciertas condiciones dolosamente.

Todo esto inevitablemente trae a recuerdo todas las advertencias que nos hacía George Orwell en sus libros 1984 y Granja de Animales de que quien controla el pasado, controla el presente y es dueño del futuro y, sobre todo, siempre hay un factor externo capaz de ser culpado de todo cuanto salga mal. Hay un vacío temporal intencional que está poco a poco siendo llenado por el heroísmo y grandeza de un grupo único de liberadores. La gente ya no recuerda el pasado, o lo ve como algo que era totalmente indeseable y que el presente es definitivamente mucho mejor. El mal de ahora es preferible a cualquier error perpetrado en el pasado.

Cada error hecho por el gobierno actual es perdonado por haber sido cometido en el pasado o en el extranjero por algún otro líder, sin ver que cada una de esas personas sólo incurrió en dichos errores en un período histórico corto, una sola vez y fueron entes con mucha separación entre sí. Los errores y atropellos que la humanidad ha presenciado durante toda su historia y geografía, están siendo cometidos por un grupo focalizado de gente, en un mismo punto geográfico, en un período histórico realmente corto y seguimos siendo totalmente permisivos.

Por otro lado, la presencia y apoyo de personalidades de la comunidad científica política de izquierda le añade un tono algo tenebroso al asunto. Sabemos que siempre ha habido un interés de esa gente de experimentar sus teorías de cambio en los métodos de producción en cualquier país que lo permitiera, incluso antes de lo predicho por Marx de que ese momento llegaría cuando el capitalismo resolviera todos los problemas de producción. Y no es desconocido el hecho de que los gobernantes actuales y su cerrado círculo de poder son la oligarquía más rica que ha tenido Venezuela en toda la historia del país.

Considerando estos factores, se podría especular que ha habido una especie de venta del país a científicos para probar su modelo socialista una vez más, y hay un sector que está siendo incalculablemente beneficiado. En lo personal, cada vez que veo las medidas que toma el gobierno, sus efectos, proyecciones y antecedentes me parecen medidas antes tomadas por otros gobiernos, tomadas de libros de texto, y la gente adopta las respuestas esperadas por ellos, y cada vez que trata de organizarse lanzan 3 o 4 medidas arbitrarias que afectan a varios sectores individualmente para desorientar el esfuerzo por mantener la democracia.

Las concepciones de lo que debería ser una democracia descritas por Dahl, Bobbio, Morlino o Brito dejan a nuestro sistema de gobierno claramente fuera de esos modelos y lo centrarían dentro de modelos autoritarios o aún totalitarios con ciertos vestigios democráticos para cuidar la imagen internacional.

A mi entender, la única manera de frenar este avance es aplicando lo que Dieter Nohlen propone. Hay que sustituir la cultura de la opinión por la cultura de la argumentación, hay que darle a la sociedad las herramientas para crearse criterios y establecer como negativo el valor del chisme y la información de segunda mano.

Para mí, la única manera de reestablecer la democracia de una manera democrática es cambiar los valores de la población. Reemplazar la suposición de que todo en la política es malo, toda autoridad es corrupta por naturaleza, todo mal viene de afuera y que nada de lo que haga o piense va a lograr cambiar el ámbito en el cual se vive, por todo lo contrario y hacer ver que nuestras acciones individuales tienen absoluta repercusión sobre nuestra sociedad, no tomar lo que se dice sobre algo como una verdad para no juzgar sobre lo que no se sabe y tomar responsabilidad sobre todo lo que se dice y hace.

domingo, 14 de febrero de 2010

Escepticismo

Recientemente, conversaba con un amigo acerca de un documental que cambió mi forma de argumentar acerca de nuestro propósito en la tierra. Se trata del documental de Al Gore "An Inconvenient Truth", el cual muestra una verdad que nos es más facil ignorar que aceptar.

Si ignoramos la situación actual del planeta, pues es muy cómodo, le podemos echar la culpa a los cambios climáticos cíclicos que el planeta del calentamiento del cual todos los seres de este planeta estamos siendo testigos, y así, con un simple ademán de la mano podemos desintegrar todos los estudios realizados al respecto y seguir viviendo nuestra vida en busca de nuestra felicidad inmediata.

Pero si nos proponemos por un segundo al menos a escuchar lo que los científicos tienen que decirnos acerca de sus estudios, y que los datos nos indican, de manera inequívoca, que los niveles de CO2 en la atmósfera son los más altos registrados en la historia reciente de la tierra, y que coinciden casualmente con la explosión demográfica que la humanidad experimentó desde mediados del siglo pasado y que si se hace un gráfico comparativo entre la cantidad de gente que ha habido en los últimos 70 años, la cantidad de CO2 que ha habido en la atmósfera y el aumento en la temperatura del mismo período, podemos darnos cuenta que calzan perfectamente, y esto significaría que algo está pasando, algo que nos afecta a todos por igual y que nuestras acciones, de hecho, tienen un impacto directo en la atmósfera de nuestro planeta.

Si nos detenemos a pensar un minuto en eso, o al menos preguntarnos si eso fuera verdad por un segundo, entonces se nos prendería una alarma en la cabeza, y las acciones que debieramos tomar serían algo costosas para nosotros, en términos de dejar de gozar de ciertos privilegios a los cuales creemos fervientemente tener derecho a disfrutar.

La responsabilidad generada por esta súbita consciencia que este conocimiento generaría, sería tan grande y costosa políticamente, que los encargados de las decisiones administrativas no quieren tomar el riesgo de actuar en consecuencia por miedo a perder el apoyo de la gente que tampoco quiere renunciar al privilegio de no tener que preocuparse de nada más que de ellos mismos.

La gente lucharía a capa y espada por el "derecho" de usar todos los recursos que tiene a mano para satisfacer sus necesidades de ocio y esparcimiento. No renunciará jamás a su derecho de usar 5 veces la cantidad necesaria de agua que un ser humano requiere para sobrevivir, y mucha gente necesita usar su carro hasta para ir a la esquina, necesita mantener su aire acondicionado a 16 grados o menos para poder usar cobijas polares dentro de sus casas, o ropa de invierno dentro de edificios en ciudades donde la temperatura es mayor a 35º C. La gente aún considera un "derecho" a reproducirse sin responsabilidades, y sin pensar que ya la población puede haber llegado a un límite en el cual los recursos de la tierra no pueden ser renovados en la misma proporción en que son consumidos para satisfacer a la actual cantidad de individuos.

No me tomen a mal, no estoy de acuerdo con medidas autoritarias, pero hay que comenzar a incentivar a la gente a actuar de manera consciente y pensar en los derechos de los demás también. Hemos llegado a un punto en que los derechos de los demás son tan importantes como los propios, y que el Estado no debería intervenir sino como garante de la defensa de los derechos esenciales de sus ciudadanos, pero los derechos establecidos en las constituciones y en la carta universal de derechos humanos ya está quedando desfasada, como dirían los marxistas. Una propuesta acertada, desde cierto punto de vista, sería comenzar a tomar en cuenta los derechos del resto de los grupos humanos, y comenzar a calcular las necesidades de los demás para actuar de acuerdo con esas necesidades.

Por supuesto, esto crearía dos corrientes de acción, una que trataría entonces de imponer obligaciones a los ciudadanos para asegurar que los derechos de todos por igual se respeten, lo cual sería autoritario y antidemocrático.
Pero propuestas consensuadas, dando incentivos dirigidos a metas calculadas tomando en cuenta factores de conservación de la especie humana y el medio ambiente, serían una manera de comenzar, de hecho estas medidas se han venido tomando en varios países o en entidades que pertenecen a países preocupados por estos asuntos.

En Venezuela es un dolor de cabeza ya que mucha gente aún piensa que Dios puso recursos infinitos para que el hombre los consumiera a su antojo, y la falta de previsión de los gobiernos más bien incentiva a la gente a gastar, consumir y acumular tantos recursos como les sea posible.

En algún momento publicaré aesa información de manera más detallada.

Gracias por leer.

lunes, 8 de febrero de 2010

Oposición venezolana equivocada

Es cierto que en Venezuela se está viviendo un proceso de involución, de retroceso histórico sin precedentes. El gobierno de Hugo Chavez llegó a nuestro país como una esperanza a un país que estaba siendo duramente golpeado por una crisis económica mayormente producida por administraciones marcadamente populistas, basadas en socialismo y medidas típicas de la corriente de estados de bienestar los cuales fracasaron todos en el mundo por alguna u otra razón.

Venezuela es un pueblo acostumbrado a que los gobiernos lo asistan en todos los aspectos y, como tal, espera a un líder que llegue a poner orden en todos los ámbitos y que los gobierne, les diga qué hacer en todo. Por supuesto, Chavez aprovechó esta condición para ofrecer un cambio rotundo, echarle la culpa al imperio de todos los males y castigar a todos aquellos que son la causa de la pobreza de los venezolanos.

11 años más tarde, el terror que les fue advertido a los venezolanos por los sectores intelectuales se ha hecho realidad palabra por palabra, pero se ha hecho de una manera tán paulatina que los venezolanos han conseguido aceptar pasivamente todas estas penurias por estar cada una justificada en el discurso de Chavez, y aceptamos un sacrificio en el presente con la promesa de un futuro mejor.

Pero los venezolanos no hemos aprendido de la historia, sea la nuestra o la de la humanidad. Aún estamos convencidos de que Chavez y su gabinete, sus personeros y organismos son todos inficientes, ineptos, irresponsables e incompetentes. Dicen que Chavez es bruto, no sabe lo que hace, está demente o cosas peores.

Yo opino que es todo lo contrario. Si buscamos en la historia, podemos encontrar que los actos del señor Chavez han sido ya probados como muy efectivos dependiendo de cómo se los mire. Si se busca manejar un país buscando sacarlo adelante, la felicidad de sus ciudadanos, el progreso y todo lo demás, entonces Chavez está haciendo todo mal. Pero si se busca mantenerse en el poder a toda costa, sin posibilidad de que nadie pueda retar su estabilidad, entonces se tiene que hacer exactamente lo que nuestro emperador está haciendo.

En 1998 la comunidad intelectual de Venezuela advirtió que Chavez era una persona autoritaria, retrógrada, comunista y fiel seguidor de Fidel Castro. Nos advirtieron que iba a estatizar todas las propiedades y empresas, que iba a expropiar, nos dijeron que la propiedad privada iba a peligrar. También nos dijeron que iba a tratar de controlar todos los medios de comunicación, y aquellos que fueran disidentes iban a ser cerrados y perseguidos, dijeron que no iba a soltar el poder una vez que lo obtuviera, que iba a modificar las leyes e iba a tratar de modificar las leyes para legitimar todas esas desiciones. Por supuesto, Chavez y sus seguidores trataron de desmentir todas estas afirmaciones para ganar las elecciones y ya sabemos lo que pasó.

Estamos en el año 2010, no hicimos caso, todas esas advertencias se cumplieron en su totalidad, Chavez ha cerrado al menos un canal de televisión ilegalmente y muchas otras emisoras de radio, las otras tienen miedo a que les apliquen leyes y las obligan a la autocensura. Hay muchas empresas expropiadas, la producción nacional decayó de manera que casi la totalidad de los alimentos y bienes tienen que ser importados, y todo tiene que ser con permiso previo del gobierno por aquello del control de cambio, la propiedad social está siendo mencionada para ser hecha ley, y los esbirros de Fidel Castro están diseminados por todo el país.

Pero ¿qué pasa? ¿es que Chavez es loco?

La respuesta es no. Chavez necesita un país en el borde de la inanición, un país muy débil y devalido que se pueda controlar. Un país rico y con abundancia no agradecería si les regalaran un plato de comida al día, pero un país con hambre y necesidad le daría todos sus votos y apoyo a un presidente que le regalara una hogaza de pan una vez al mes al menos. Luego de 11 años, ya hay gente que no recuerda (o que no conoció) la época anterior a la supuesta revolución, y el presidente se ha encargado de borrar la memoria de muchos y reemplazarla por logros y conquistas de su régimen.

Quien controla el pasado es dueño del presente y controla el futuro. Se pueden leer los periódicos oficiales y todos los días hay logros y conquistas, la producción de cualquier rubro siempre está en crecimiento y los indicadores de progreso siempre están en aumento mientras los indicadores negativos siempre están en disminución.

Pero si uno se dedica a buscar las cifras del pasado, uno puede fácilmente encontrar cifras mejores, pero nadie lo recuerda. Con sólo salir a la calle uno puede ver que los números son fantasías que nadie está dispuesto a desmentir, y si alguien lo hace es acusado de imperialista.

La oposición le sigue el juego, diciendo que en el gobierno hay ineptos e incompetentes, porque ellos piensan basados en los juicios que ellos tienen acerca de lo que debería ser un dirigente, y eso Chavez lo sabe. Chavez viola todos los derechos humanos que le de la gana, pero tratar de hacerlo entrar en razón no sirve de nada porque ya él mismo está en razón, el sabe lo que hace y se rie de todos nosotros cada vez que defendemos la constitución. Hay que dejar de sermonearlo, de aconsejarlo, entendamos que no va a escuchar porque ni le conviene ni quiere que mejoremos nuestras condiciones.

Hay que despertar y con fuerza. Ya no podemos seguir pensando que no saben lo que hacen, debemos planear las estrategias en función de no dejar que Chavez se apropie más del país para convertirlo en su hacienda, donde tiene a 28 millones de esclavitos trabajando para el y su familia, que tienen que estar agradecidos por permitirnos vivir en su parcela y alimentarnos y cuidar de nosotros como si ninguno tuviera la capacidad de decidir por sí mismo.

domingo, 7 de febrero de 2010

Operación Sonrisa

Viendo un rato uno de los canales demoníacos de esos que existen en Venezuela (tildados así por nuestro gobierno), tuve una grata sorpresa. Entrevistaban en un programa a Gilberto Correa, uno de nuestros más legendarios animadores de televisión, después de Amador Bendallán, y de una vez supe que necesitaba oir lo que sea que el tuviera que decir.

Estaba hablando acerca de una fundación sin fines de lucro en la cual el participa desde hace muchos años, la cual realiza operaciones gratuitas a niños que padecen de lo que llamamos labio leporino. Me pareció interesante el hecho de que este señor, junto con Oscar de León, esten trabajando con esta gente que desde 1992 han operado exitosamente a más de 7000 niños con este problema.

Este tipo de conductas deberían ser aupadas por las sociedades, y de hecho se dan sobre todo en sociedades can alta estabilidad económica y altos ingresos per cápita, soceidades donde el ser empresario es bien visto y que luego de muchos años los empresarios comienzan a ver que tienen el poder de ayudar y de mejorar la vida de mucha gente.

Me pareció, al mismo tiempo muy triste saber que ese tipo de gente está siendo asfixiada poco a poco por una sociedad resentida, y un gobierno que sabe cómo manejar ese resentimiento a su favor. Recordemos que estoy hablando de una fundación sin fines de lucro que opera en Venezuela desde 1992 y que ha beneficiado a más de 7000 niños de forma gratuita, lo cual echa por tierra todo el discurso de odio que usa el gobierno en contra de los gobernantes anteriores y a la burguesía, siendo el Estado venezolano uno de los más ineficientes administradores de justicia y bienestar social.

Yo no soy optimista en este momento, porque veo muy claramente las intenciones de Chavez y su régimen. Si todo sigue exactamente como va, y es lo que Chavez quiere, el país no generará más gente caritativa, y este tipo de fundaciones se verá privada del apoyo de empresarios venezolanos por no haber ninguno que sienta que puede invertir capital sin riesgo de perderlo todo por simple capricho del gobierno o por las condiciones económicas del país.

De todas maneras, recomiendo visitar http://www.operacionsonrisa.org.ve/ y ver la obra maravillosa que se está haciendo con estos niños en Venezuela, la historia de la fundación es una historia de esperanza y compromiso.

Otra cosa, puede ser que parezca que estos blogs estén demasiado impregnados de "política", pero recuerden que la política es todo aquel esfuerzo para mejorar las condiciones de vida de alguna otra persona, así que la caridad es política y la economía también.

sábado, 6 de febrero de 2010

¿Es Venezuela una democracia?

¿Es Venezuela una democracia?

Marxismo, extraído de marxistas

Mucha gente cree conocer el socialismo a fondo y cómo emplearlo, o apoya cualquier movimiento o acción política que lleve como estandarte a Marx, el anticapitalismo o el socialismo, pero la verdad es que muy pocos, al ser enfrentados con preguntas acerca de sus conocimientos filosóficos o prácticos del socialismo o marxismo, pueden contestar seriamente cualquier pregunta que se les haga al respecto.

Se me pidió, para una clase de teoría política, definir marxismo. Recolecté datos de muchas fuentes, incluyendo la todopoderosa Wikipedia. Pero también revisé fuentes un poco más serias como algunos libros de Lefebvre, una guía de economía política de la profesora de LUZ Mary Vera, y un libro super viejo directo de Rusia de 1962 de Albator sobre los fundamentos del marxismo-leninismo.

Al principio me voy a dedicar a describir los lineamientos filosóficos del Marxismo. Poco a poco el trabajo hablará acerca de la cómo Marx decía que funcionaba la sociedad. Voy a tratar de describir el pensamiento marxista sin hacer juicios de ningún tipo

El Materialismo filosófico

El Materialismo filosófico se basaba en los primeros filósofos materialistas como Demócrito y Epícuro.

Demócrito, por ejemplo, negaba la intervención de los dioses en la naturaleza y en los asuntos de los hombres. Los materialistas parten de la afirmación de que la naturaleza existe y que no hay fenómenos sobrenaturales, el hombre no es sino una simple partícula en la naturaleza y la conciencia es una propiedad o capacidad del hombre. La naturaleza existe objetivamente, fuera de la conciencia e independientemente de ella.

El materialismo estaba en contraposición al idealismo que afirmaba que el pensar, el espíritu o la idea, existieron antes que la naturaleza y ésta es creada por el principio del espíritu.

La filosofía materialista, según los marxistas, ayuda al hombre a liberarse de las supersticiones. Mientras la iglesia enseñaba a los hombres que su único destino era orar y trabajar, la filosofía materialista enseña a los hombres a apreciar la vida terrenal y mejorarla, y a no poner todas sus esperanzas en la vida después de la muerte.

Marx y Engels, según los marxistas, fueron los primeros en aplicar el materialismo a la comprensión de la vida social. Descubrieron fuerzas motrices materiales y leyes de desarrollo social, para así darle a la historia de la sociedad la categoría de ciencia. La filosofía materialista también se convirtió en un medio eficaz de transformar la sociedad, en un arma de la clase obrera en su lucha por el socialismo y el comunismo.

Dialéctica Materialista

La dialéctica es definida como el establecimiento de la verdad mediante la controversia o conversación, en la que quedan expuestas las contradicciones en las opiniones para así llegar a un conocimiento nuevo. Los hegelianos entendían por dialéctica el desarrollo de la idea a través de las contradicciones reveladas en la propia idea. Al no poder el hombre comprender los fenómenos de un solo golpe, surgían contradicciones en la concepción de la idea del fenómeno, y esas contradicciones se hacían evidentes en cuanto se ponían en contraposición. Durante un diálogo, una persona expone una “tesis” que era su explicación del fenómeno, su interlocutor exponía una “antítesis”, y al combinarse las dos, las contradicciones se hacían evidentes. La conclusión era la llamada “síntesis” y era el conocimiento nuevo, o una idea perfeccionada del fenómeno en la cual estaban contenidas las contradicciones como parte integral de ella, pero dichas contradicciones existían exclusivamente dentro del pensamiento humano.

Según Marx, la dialéctica de Hegel se encontraba “cabeza abajo”, y decía que las contradicciones no existían solamente a nivel de la consciencia, sino que el mundo material contenía las contradicciones y eran parte de todo, la naturaleza y sus fenómenos contenían contradicciones concretas.

Los marxistas consideraban la dialéctica la doctrina de la concatenación universal de las leyes que rigen el desarrollo. Mientras cada ciencia estudia las formas de movimiento y leyes de una esfera determinada de la realidad, la dialéctica es una ciencia especial porque estudia las leyes más generales de todo movimiento, cambio y desarrollo. Las leyes de la dialéctica son universales porque actúan en la naturaleza y la sociedad.

Otra corriente que influye en el pensamiento marxista es la llamada determinismo que afirma que sólo conociendo las causas de un fenómeno podemos explicar científicamente su origen. Así que, sólo conociendo la ley que rige los fenómenos podemos predecir cuál será su desarrollo.

Leyes de la dialéctica materialista:

Engels se encargó de enunciar 3 leyes de la dialéctica materialista, para explicarnos mejor cómo es que funciona esta ciencia universal de la que ellos hablan.

Paso de los cambios cuantitativos a los cualitativos.

Los cambios cuantitativos de las cosas traen consigo regularmente un cambio en su calidad. Si los cambios cuantitativos dan origen a una calidad nueva, ésta tendrá ya una nueva determinación cuantitativa, el paso de la calidad a la cantidad. Para explicar esto, se usa muy frecuentemente el ejemplo de los átomos.

Se conoce comúnmente que un átomo está formado por un núcleo que contiene una carga positiva y una neutra, y que alrededor de ese núcleo gira al menos un electrón de carga negativa. Un átomo con un solo electrón es conocido como hidrógeno, pero si se le agregara otro electrón (y protón con carga positiva), el hidrógeno se transformaría en helio, y otro electrón lo transformaría en litio. Así vemos que un cambio cuantitativo, en la cantidad de electrones, da origen a un cambio cualitativo en el átomo. Los materiales cambian según la cantidad de electrones y protones que contengan sus átomos y, según esta teoría, la naturaleza está regida por cambios cuantitativos y cualitativos en el desarrollo de cada fenómeno.

Otro ejemplo usado por algunos autores es el de si una máquina es cualitativamente superior a otra, traerá una productividad más elevada. Por consiguiente, el socialismo, cualitativamente distinto al capitalismo, tendrá un desarrollo económico superior.

El paso de una cosa de un estado cualitativo a otro como resultado de acumulación de cambios cuantitativos, produce un “salto en el desarrollo”. Los saltos se producen con relativa rapidez. Los saltos que se presentan en el mundo orgánico son llamados “evolución”, mientras que los cambios cualitativos que operan en la vida social reciben el nombre de “revolución”.

Bifurcación de contrarios como fuente principal del desarrollo.

El carácter contradictorio de la propia realidad es la fuerza motriz de todo desarrollo.

Este principio está basado en algunos filósofos de China, India y Grecia que sostenían que el origen y la existencia de las cosas pueden explicarse únicamente si se comprende qué contrarios las forman. Hegel, por su parte, trataba de representar el proceso del desarrollo como un movimiento que va de cierta unidad a otra unidad nueva a través de la manifestación de los contrarios, como el paso de una cosa o fenómeno a su contrario. La contradicción es una combinación de los aspectos contrarios en los fenómenos, pero eran sólo contradicciones en el desarrollo lógico de la idea y solamente se daban a nivel de las ideas.

Los marxistas definen la contradicción dialéctica como la existencia de un fenómeno o proceso de aspectos contrarios que se excluyen mutuamente, pero que, al mismo tiempo, se presuponen uno a otro y existen dentro del fenómeno dado únicamente en relación recíproca. Dichas contradicciones no existen sólo a nivel de las ideas de los hombres, sino en la realidad objetiva.

Cuando se analiza cualquier fenómeno de la naturaleza, de las relaciones sociales o de la vida espiritual de los hombres, se descubren contradicciones o choques de aspectos contrarios. Mientras examinamos una cosa en reposo, sólo vemos sus propiedades o rasgos, pero si observamos su movimiento, su cambio o su desarrollo, descubrimos la existencia de aspectos y procesos contrarios.

El desarrollo consiste en que en cada movimiento, una cosa es idéntica y a la vez no es idéntica a sí misma. Conserva su determinación y permanencia, pero al mismo tiempo se convierte en otra distinta. La contradicción se basa en que la cosa es ella y al mismo tiempo cambia sin cesar, hay una oposición entre estabilidad y cambio. Se puede notar un acercamiento filosófico a las palabras de Heráclito cuando dijo que un hombre no se puede bañar dos veces en el mismo río, ya que a la segunda vez, el hombre habrá cambiado y el río también.

La cosa en desarrollo lleva en sí el germen de algo nuevo, encierra en sí su propio contrario, un principio de negación que la impide permanecer inmóvil e inmutable. Dentro de la cosa se encuentran contradicciones objetivas, se produce una lucha de opuestos que conduce a una solución de la contradicción, un cambio radical y cualitativo de la cosa. La contradicción es siempre concreta, no es general y para comprender el desarrollo debemos estudiar las contradicciones concretas determinantes en un cada proceso dado.

Se dice que hay dos tipos de contradicciones, las antagónicas y las no antagónicas. Las contradicciones antagónicas en la sociedad, serán aquellas que tienen las clases con intereses irreconciliables, por ejemplo las relaciones existentes entre explotadores y explotados. Según los marxistas, una vez que el capitalismo desaparezca por medio de la revolución socialista, los antagonismos desaparecerían, pero quedarían las contradicciones no antagónicas, como lo son las relaciones de producción-consumo, la oferta y la demanda.

Negación de la negación.

Hegel proponía que durante el desarrollo lógico de una idea, una categoría niega a la otra. Conservamos, sin embargo, todo lo valioso que ésta contenía. El marxismo, en cambio, dice que la negación es la sustitución necesaria, en el proceso de desarrollo, de la calidad vieja por otra nueva. Marx expresó que en ningún campo puede producirse un desarrollo que no niegue sus formas anteriores de existencia. Cada fenómeno nuevo es la negación de otro, el cual es sustituido. Pero el desarrollo continúa, ya que el nuevo fenómeno presenta nuevas contradicciones que se manifestarán, se presentará una nueva lucha de contrarios que conducirá a una nueva negación. No hay ninguna negación que sea la última, cada negación es negada a la vez por otra nueva.

En la negación dialéctica, se establece un nexo entre lo viejo que se va y lo nuevo que viene a reemplazarlo. No solo es la destrucción de lo viejo, sino también la conservación de los elementos viables de los anteriores grados de desarrollo. La idea de todo esto es que, en el proceso de desarrollo, se niega únicamente lo viejo, conservando todo lo sano y viable, conformando así un movimiento ascendente que va de lo inferior a lo superior, hacia un progreso.

Se toma como ejemplo una semilla, que al germinar niega a la semilla al trasformarse en planta, la cual va a producir nuevas semillas antes de ser negada y morir. Habría entonces una vuelta al principio al volver a la semilla, pero no solamente resultará una semilla, sino diez o veinte. Esto representa un progreso, una vuelta pero no en sentido circular sino una especie de espiral ascendente.

Los defensores del marxismo, al hablar de la sociedad, toman como ejemplo su evolución. Las sociedades primitivas no conocieron la explotación, y con el pasar del tiempo aparecieron nuevos tipos de sociedades basadas en la explotación, como lo fueron el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo. Cuando la sociedad avance hacia el socialismo y suprima la explotación, volverá a un sistema parecido al de las sociedades primitivas pero en otro nivel. Y de esta manera se ve un progreso, un avance en espiral donde se vuelve al principio pero en un nuevo nivel.

Las leyes de la dialéctica son consideradas como leyes universales. Todo lo que ocurre en el mundo está sujeto a las leyes de la dialéctica. Se busca conocer el mundo y la naturaleza conociendo cómo se produce el desarrollo y descubriendo, a su vez, cómo se debe estudiar la realidad en desenvolvimiento para llegar a la transformación práctica del mundo. Cada situación concreta debe tener una aplicación diferente de la dialéctica. Por ello, la dialéctica es siempre una teoría de creación.

Materialismo histórico

El materialismo histórico es la concepción materialista de la historia. La aplicación del materialismo dialéctico al estudio de la sociedad y la creación de las leyes generales del desarrollo social.

El argumento que siguen los teóricos de este movimiento es que los propios hombres son quienes crean su historia y que para comprender la historia bastaba con tomarla como un proceso natural. La vida material de la sociedad es el trabajo de los hombres para producir objetos y bienes necesarios para su subsistencia. Los animales se adaptan pasivamente al medio donde viven, mientras que el hombre actúa activamente sobre el medio para obtener los bienes materiales necesarios para su existencia por medio del trabajo. Para ejercer ese trabajo, recurre a herramientas que no son elegidas por ellos mismos, ya que cada nueva generación que llega recibe los instrumentos de producción que crearon las generaciones anteriores y las perfeccionan gradualmente.

Hay tres elementos a estudiar en la sociedad de acuerdo con el materialismo histórico.

Fuerzas productivas: son los medios de producción, las herramientas de trabajo y los hombres que llevan a cabo el proceso de producción, así como las técnicas y la experiencia de trabajo acumulada por el tiempo.

Relaciones de producción: son las relaciones entre los hombres y la naturaleza u otros hombres. Determinan los estímulos en la actividad de los productores y las clases poseedores de los medios de producción.

Modo de producción: es la unidad entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas.

En algún punto del desarrollo de las fuerzas productivas, la propiedad de todos los medios de producción es separada de los productores para quedar en manos de un reducido número de miembros de la sociedad. Entonces, los dueños de los medios de producción y los productores establecen las llamadas relaciones entre clases. Los productores, quienes carecen de medios de producción, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder subsistir. Así, la clase capitalista se apodera de los frutos del trabajo de la clase obrera.

Las relaciones de producción se dan independientemente de la conciencia de los hombres y vienen determinadas por el nivel de desarrollo y el carácter de las fuerzas productivas.

Como ejemplo, se dice que hubiera sido imposible la esclavitud en las sociedades primitivas por al menos dos razones:

1) Siendo las herramientas rudimentarias, era imposible apropiarse de ellas. En la sociedad primitiva las herramientas eran lanzas y piedras fáciles de encontrar en la naturaleza, haciendo inútil tratar de apropiarse de ellas ya que un trabajador hubiera renunciado a ellas para ir a buscar otras nuevas sin gran cambio en su vida.

2) La productividad apenas si alcanzaba para subsistir, así que no se podía sostener a una clase parasitaria.

Hay un desigual desarrollo entre las fuerzas de producción y las relaciones de trabajo, y ello genera contradicciones que se profundizan con el tiempo. En el proceso de trabajo, los hombres obran sobre la naturaleza y la modifican, acumulando experiencia de producción, hábitos de trabajo y conocimientos (acumulación cuantitativa). Con esto, modernizan los instrumentos de trabajo y modos de empleo de ellos, inventan otros nuevos y perfeccionan el proceso de producción (cambios cualitativos). Este perfeccionamiento y acumulación de conocimiento y experiencia de trabajo se acrecienta de manera constante y son el elemento más dinámico del modo de producción, mientras que las relaciones permanecen inmutables.

Los marxistas aseguran haber descubierto las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad y explican dicho desarrollo de la siguiente manera.

Cada nueva fase en el desarrollo de las fuerzas productivas está siempre en concordancia con las relaciones de producción. Dichas relaciones aceleran el avance de la técnica, la acumulación de hábitos de trabajo y conocimientos. Siendo las relaciones de producción inmutables, pronto comenzarán a quedar desfasadas con respecto a las fuerzas productivas. Poco a poco, las relaciones se convierten en entidades jurídicas, leyes, Estado y propiedades. Las fuerzas de producción siguen creciendo y aparece un abismo entre ellas y las relaciones de producción, y la diferencia se transforma en conflicto. Las relaciones dejan de ser un empuje para comenzar a ser un freno para las fuerzas productivas. Así, a causa de esta acumulación paulatina de las fuerzas productivas, se produce necesariamente un cambio en las relaciones de producción. Las contradicciones en las distintas esferas de la vida social se agudizan, sobre todo entre clases con intereses basados en las viejas relaciones de producción y clases que ven su porvenir en las nuevas. Finalmente, las viejas relaciones van a ser sustituidas por nuevas a través de una revolución.

La concordancia entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas es siempre transitoria hasta que llega la época socialista. Los modos de producción determinan las relaciones, es decir, el régimen económico de la sociedad, el cual será la base sobre la cual se va a construir la superestructura.

Los marxistas definen la doctrina liberal como capitalismo. A continuación expondremos la visión que nos dan los marxistas acerca de los dos principales modos de producción que existen hoy en día.

El régimen capitalista

En éste régimen, la base de las relaciones de producción es la propiedad privada que detenta la clase capitalista sobre los medios de producción. El proletariado carece de medios de producción y se ve obligado a vender su fuerza de trabajo para poder subsistir. El capitalismo dio un gran empuje a las fuerzas productivas, impulsó la división del trabajo entre los distintos países y creó el mercado mundial. Las relaciones entre los capitalistas y los obreros son antagónicas ya que se basan en la explotación y opresión de los desposeídos por los poseedores. La fuerza de coerción es la económica, y los obreros trabajan en beneficio de los capitalistas bajo la amenaza de muerte por hambre.

El régimen socialista

La base de las relaciones de producción es la propiedad social de los medios de producción. Las relaciones son de colaboración y ayuda recíproca de los trabajadores. Las fuerzas productivas son, supuestamente, muy superiores a las de cualquier otro régimen, así como la cultura y el poder del hombre sobre la naturaleza.

El marxismo propone que el desarrollo de la sociedad está sujeto a leyes y a una necesidad histórica que no depende de la voluntad de los hombres y que la llegada del socialismo es inevitable. Pero, al mismo tiempo, consideran un error no luchar contra el capitalismo y limitarse a esperar que las leyes de la historia actúen y sustituyan al capitalismo por el socialismo. Las leyes sociales no hacen la historia por sí mismas, sino a través de la acción y esfuerzos de millones de seres humanos hacia un fin.

Los cambios sociales no se producirán por sí mismos, sino que, tarde o temprano, aparecerán fuerzas sociales interesadas en que se cumplan las leyes. Las leyes objetivas de la sociedad capitalista conducen obligatoriamente a la agudización de sus contradicciones. Así, se origina una lucha de la clase obrera contra el régimen que acabará con el capitalismo y establecerá el socialismo. Esa lucha expresa una necesidad histórica.

Sólo con la llegada del socialismo y la concentración en manos de la sociedad de los medios de producción, le permitirá al hombre dominar las leyes sociales para poder entonces fijar, con base científica, las proporciones correctas entre producción y consumo, y regular conscientemente todas las relaciones económicas.

Los marxistas insisten en que la sociología burguesa centra todos sus esfuerzos en demostrar que no conocemos ley alguna, o en deformar el contenido de las leyes sociales.

Las leyes sociales

Las clases, lucha de clases y el Estado

La base de la división social se en encuentra en el lugar que unos u otros grupos ocupan en la producción, en la relación en que se encuentran respecto de los medios de producción. Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción, por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo y por el modo y proporción en que reciben la parte de la riqueza social de que disponen.

La división de la sociedad en clases es transitoria. Este fenómeno va unido directamente a la propiedad privada sobre los medios de producción, lo cual hace posible la explotación del hombre por el hombre y la apropiación por unos del trabajo de los otros.

En ciertas etapas del desarrollo, la división de clases fue necesaria e inevitable debido a que las fuerzas productivas estaban tan escasamente desarrolladas que apenas generaban algún excedente. Por ello, hubo que hacer una división del trabajo entre las masas ocupadas del trabajo manual, y unos privilegiados ocupados en dirigir el trabajo, el comercio y el cuidado de los negocios públicos, y más tarde el cultivo del arte y la ciencia.

Una vez que hubo un desarrollo de las fuerzas productivas, apareció la necesidad de sustituir la propiedad privada por la propiedad social, y de abolir las relaciones basadas en la explotación. El sistema de clases se volvió insostenible y se convirtió en un freno para los avances de la sociedad y, al pasar al comunismo, las clases dejan de existir.

En el capitalismo existen dos clases fundamentales, la burguesía y los obreros asalariados. La burguesía es la clase que posee los medios de producción y viven a expensas del trabajo de los obreros. En épocas anteriores, cumplió un papel progresivo en el desarrollo de la sociedad y de las fuerzas productivas, pero al ahondarse las contradicciones del capitalismo, deja de ser progresiva para convertirse en reaccionaria.

La clase obrera es la creadora de la riqueza de la cual se apropia la burguesía. No poseen medios de producción y se ven obligados a vender su fuerza de trabajo. La clase obrera es cada vez más numerosa y disciplinada, robustecida por el mismo desarrollo del capitalismo y es portadora de un modo más elevado de producción, el socialismo.

El origen del Estado se halla vinculado a la aparición de las clases. Al aparecer la propiedad privada y la desigualdad económica, la sociedad se dividió en clases antagónicas. Luego, al imposibilitarse las decisiones en los asuntos públicos por acuerdos unánimes o por mayorías, las clases explotadoras se apoderaron de los puestos de mando y, siendo ellas una minoría, recurrieron a todo su poderío económico para crear grupos especiales para ejercer una coerción directa sobre las clases explotadas y así mantenerse en el poder. El Estado es una máquina para mantener la dominación de una clase sobre otra, es un producto de la inconciliabilidad de las contradicciones de clase.

La lucha de clases

La fuerza motriz para el desarrollo de la sociedad es la lucha de clases. Para resolver el conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, hace falta romper las relaciones de producción imperantes, lo cual no podría jamás conseguirse mediante modificaciones graduales ya que dichas relaciones se hallan vinculadas a los intereses de la clase dirigente y ninguna clase explotadora renunciará voluntariamente a sus propiedades, y tratarán por todos los medios de mantenerse en su privilegiada situación.

La clase explotadora dispone de todo el aparato coercitivo del Estado y sus intereses se hallan legitimados por la superestructura. Las relaciones, por lo tanto, sólo pueden ser cambiadas mediante una revolución que barra todo cuanto se oponga al avance de las nuevas relaciones económicas. El poder político debe pasar a manos de la clase portadora de esas nuevas relaciones, y para ello la revolución exige una lucha de esas clases oprimidas contra los explotadores.

Si bien, se ha dicho que el paso de un modo de producción a otro más elevado viene condicionado por el nivel de las fuerzas productivas, y ello indica que la revolución deba ser iniciada en los países técnicamente más avanzados, donde el capitalismo ya haya llegado a su fase más madura, Lenín afirmó que la revolución se puede iniciar antes en países menos desarrollados, siempre y cuando las contradicciones políticas y sociales hayan alcanzado suficiente puje. De hecho, propuso que para romper las “cadenas” del capitalismo, se debía comenzar por el eslabón más débil, o aquellos países donde el capitalismo no estuviera tan arraigado, y con ello se justifica que Rusia hubiera podido iniciar el cambio antes.

Progreso

Para medir el progreso social en un país, se pueden tomar en cuenta varios criterios. Como ejemplo, las sociedades miden el progreso de la sanidad por el promedio de vida, se mide el progreso de la cultura por el porcentaje de personas que saben leer y escribir o el número de escuelas y bibliotecas.

Los marxistas de la Unión Soviética propusieron un criterio más general y universal para medir el avance de la sociedad en su conjunto que toma el desarrollo de las fuerzas productivas como índice para medir el progreso social. El desarrollo de las fuerzas productivas determina el grado en que el hombre ha logrado dominar a la naturaleza, y de él depende el progreso en las otras esferas de la vida social.

La economía política marxista

El embrión de las contradicciones del capitalismo se encuentra en el intercambio de una mercancía por otra.

Mercancía: todo producto del trabajo que no es destinado a satisfacer las necesidades del trabajador, sino al cambio o compra-venta.

La mercancía tiene dos propiedades o valores:

Valor de Uso: Es la capacidad de la mercancía para satisfacer una necesidad humana.

Valor de cambio: Es la capacidad de la mercancía de ser cambiada por otra mercancía.

Las mercancías pueden ser de diversa naturaleza, pero todas son producto del trabajo humano, son una materialización del trabajo, así que son valores. El valor viene determinado por el trabajo, pero no por el tiempo de trabajo individual, sino por la cantidad de trabajo que una sociedad concreta necesita para producir una mercancía, o trabajo socialmente necesario. Al crecer la productividad en una sociedad, la cantidad necesaria de trabajo para producir una mercancía disminuye, y así disminuye su valor.

Hay dos aspectos del trabajo materializado en la mercancía. El trabajo abstracto es la cantidad de esfuerzo humano en el sentido fisiológico, comprende las horas invertidas, la fatiga del obrero. El trabajo concreto es una inversión de trabajo pero de forma especial con fines concretos.

El trabajo concreto se diferencia cualitativamente de otros trabajos, lo mismo que los productos de dichos trabajos. Es este trabajo el que determina el valor de uso. El trabajo abstracto contenido en la mercancía se diferencia cuantitativamente, así como su valor de cambio. El valor de la mercancía sólo se manifiesta al ser equiparada a otra.

El dinero

Con la división social del trabajo, el cambio se ha vuelto muy común y el número de productos destinados al cambio crece. La mercancía que tiene más demanda se convierte rápidamente en un equivalente universal, y ocupa el lugar de intermediario de cambio, así el trueque directo desaparece. Al principio, los intermediarios de cambio dependen del lugar donde se realice (sal, ganado, pieles), pero luego toman su lugar los metales preciosos. Al dividirse los metales en porciones lo suficientemente pequeñas, aparece la moneda y el dinero. El dinero es una mercancía especial cuyo valor de uso es servir de equivalente al cambio universal y el valor de una mercancía expresada en dinero es el precio.

Ley del Valor

El intercambio de mercancías se rige por la cantidad de trabajo socialmente necesario invertido en su producción. Los precios de las mercancías tienden a igualarse con su valor.

Cada productor trabaja aislado de los otros y no conoce de antemano el volumen de la demanda, así que la igualdad entre la demanda y la oferta se establece como consecuencia de constantes fluctuaciones. Los precios se apartan de su valor real, siendo unas veces más bajos y otras más altos dependiendo de la demanda y la oferta. Todo ello genera un desplazamiento de productores de sectores donde la demanda es baja, a sectores de alta demanda. Los más hábiles se enriquecen, así como los poseedores de maquinaria más perfeccionada, porque sus mercancías requieren un desembolso menor que los gastos socialmente necesarios. Aquellos que no posean técnicas superiores o tengan que invertir más, se arruinan y deben entonces vender su fuerza de trabajo.

La ley del valor cumple entonces tres funciones: Regula la distribución de la fuerza de trabajo, impulsa el desarrollo técnico a través de la competencia, y conduce al desarrollo de las relaciones capitalistas al concentrar los medios de producción en manos de unos pocos.

Teoría de la plusvalía

Para la formulación de ésta teoría, Marx se basó en el hecho de que, mientras anteriormente el propietario de la mercancía la vendía para obtener otra mercancía, el capitalista adquiere la mercancía con el simple propósito de venderla más caro.

El capitalista invierte en la adquisición de medios de producción y fuerza de trabajo, produce mercancías y las vende en el mercado recuperando la inversión inicial y obteniendo aún más dinero.

Marx se hace una pregunta: si el propietario vende mercancías por su valor, debido al equilibrio que impone la ley del valor, ¿cómo puede el capitalista, que vende las mercancías por su valor, obtener un valor más elevado?

Marx y Engels ven la respuesta en un nuevo tipo de mercancía que, al ser consumida, genera un valor nuevo: la fuerza de trabajo. El valor de una mercancía se mide por el trabajo necesario para producirlo. Un obrero alquila su fuerza de trabajo y, con que el capitalista remunere seis horas de su trabajo sería suficiente para sostener la vida de ese obrero. Pero el capitalista hace que el obrero trabaje doce horas para sólo remunerar seis al obrero. El obrero le cuesta al propietario el producto de seis horas, pero le entrega al cabo del día el producto de doce horas. Esto significa un total de seis horas de trabajo no retribuido, lo cual representa la plusvalía.

El tiempo que el obrero trabaja para producir lo suficiente para su propio sustento es el trabajo necesario. El tiempo de trabajo del cual el capitalista se apropia es llamado plustrabajo, y es el que genera la plusvalía.

Hay dos formas de aumentar la plusvalía. Aumentando la plusvalía absoluta simplemente elevando las horas de la jornada de trabajo, o aumentando la plusvalía relativa elevando la producción en los sectores de la industria que producen artículos esenciales para los obreros para reducir los costos de producción de los mismos, y así reducir su valor. De esta manera, el tiempo de trabajo necesario para la subsistencia del obrero se reduce.

También, algunos capitalistas logran obtener una plusvalía extraordinaria a través de perfeccionamientos técnicos para invertir menos recursos para obtener mercancías. Esto hace que la tecnología progrese por competencia entre capitalistas por obtener esa plusvalía extraordinaria.

Ley general de la acumulación capitalista

Al avanzar la industria maquinizada, la inversión en medios de producción aumenta, mientras que la inversión en fuerza de trabajo disminuye. Esto hace que haya un descenso en la demanda de mano de obra, generando desempleo al reemplazar hombres por máquinas, y un aumento del llamado ejército industrial de reserva. Cuanto mayores son las riquezas sociales, y mayor es la magnitud absoluta del proletariado, tanto mayor es el ejército industrial de reserva. Cuanto mayor es el ejército industrial de reserva, peor es la situación de los obreros activos, porque el capitalista puede despedir a los obreros descontentos o exigentes, al poder siempre encontrar quien los sustituya entre los desocupados.

Doctrina del socialismo y el comunismo

Dictadura del proletariado

La revolución socialista lleva al poder a los trabajadores con la clase obrera a la cabeza y la clase explotadora es alejada del poder. Esa revolución es la que iniciará la transición del capitalismo al comunismo. Mientras las clases sigan existiendo y las condiciones para su subsistencia se mantengan, siempre va a haber el peligro de la restauración del viejo sistema capitalista.

En todas las revoluciones, las clases ascendentes se libran de la opresión de las clases reaccionarias mediante la implantación de su propia dictadura revolucionaria. La tesis del Marxismo-Leninismo dice que el caso ruso confirmó que siempre que se pasa del capitalismo al socialismo, la dictadura del proletariado es inevitable, ya que para consolidar la victoria de la revolución y paralizar la resistencia de las clases derrocadas, es preciso un poder fuerte y enérgico que no se detuviera, en caso necesario, ante el empleo de medidas de coerción.

La democracia y la dictadura no son conceptos que se excluyen. Según los marxistas, la historia confirma que la dictadura y la democracia se compaginan perfectamente, actuando como dictadura para ciertas clases, el Estado puede ser al mismo tiempo democracia para otras clases. Mientras que la democracia de la burguesía era un dominio de la minoría sobre la mayoría, la democracia proletaria sería un dominio de la mayoría sobre la minoría. Así que la dictadura del proletariado es considerada un nuevo tipo de democracia que aplica medidas dictatoriales con respecto a los enemigos del socialismo, pero métodos democráticos con respecto a los trabajadores.
Les parece evidente que la disolución de partidos, la prohibición de organizaciones políticas, la supresión de libertades son necesarias para defender la democracia y la libertad.
Tareas económicas en el período de transición del capitalismo al socialismo
Nacionalización de la industria, el transporte y los bancos: Marx califica esta medida de “expropiación de los expropiadores”. Y así se pone en manos del Estado proletario los puestos de mando de la economía nacional.
Confiscación de la propiedad agraria: Cuando la tierra pertenece en una parte considerable a grandes terratenientes, hay un monopolio sobre la tierra. Los obreros deben eliminar este obstáculo confiscando la tierra.
Redistribución de los bienes materiales de que dispone la sociedad: Mientras más rico es el país, mayores son los bienes que reciben los trabajadores inmediatamente después de la revolución. Los establecimientos culturales, deportivos, educativos, recreacionales y de salud, pasan a ser gratuitos y el Estado concede amplios beneficios al pueblo.

Reivindicación de derechos y beneficios laborales: se trata de conseguir empleo total en muy breve plazo. El Estado subsidia a aquellos que temporalmente pierdan el trabajo. Se instaura la inamovilidad laboral, se le entrega al trabajador una vivienda digna y al alcance de todos.

Modo socialista de producción

En la sociedad socialista, como se ha dicho, los propios trabajadores tienen la posibilidad de planificar el proceso de producción a escala nacional. El volumen de producción social, su estructura, la distribución del trabajo y los medios de producción, los precios, salarios, todo ello deja de ser regido por la espontaneidad. Las leyes objetivas no pierden su vigor, sino que la sociedad socialista se guía por ellas y organiza la sociedad en consonancia con esas leyes. Pero esas leyes no son dominadas de inmediato, se requiere de tiempo y experiencia para conocer dichas leyes y aprender a emplearlas en su beneficio.

Esto explica en términos generales las bases del marxismo, aunque aún faltan ciertos términos por definir, como lo son la alienación y la falsa conciencia, pero sólo me dedicaré a definirlo si alguien lee este blog.

Tómese en cuenta que todas estas teorías y afirmaciones no están basadas en estudios empíricos de ninguna clase, Marx no era científico en ningún nivel, y nunca basó sus estudios ni leyes en ningún trabajo serio. Es de conocimiento general que el marxismo ha sido tratado de implementar y en todos los casos ha fallado con consecuencias nefastas para las sociedades sobre las cuales se ha experimentado.