martes, 17 de agosto de 2010

Liberalismo: ¿Derecha o izquierda?

La derecha y la izquierda, como posiciones o concepciones de cómo debería estar dirigido un país, han estado en pugna desde hace siglos. La derecha defendiendo el status quo, la inamovilidad social y la jerarquía como forma de mantener el orden a través del establecimiento y permanencia de élites, y la izquierda luchando por la igualdad de derechos y privilegios para todos.
Ambas concepciones han cambiado al mundo al haber solucionado situaciones o problemas que cada sociedad ha encontrado, siendo la izquierda la más novedosa de las propuestas, pero han surgido líderes de izquierda que han hecho difícil saber qué se necesita para ser de izquierda a través de sus discursos y acciones políticas. Esto ha hecho que sea la gente que se autoproclama izquierdista la que decida qué es y qué no es de izquierda o de derecha. Una de las cosas que más inquieta es que, al no estar de acuerdo con alguna posición política o ideológica, automáticamente la califican como de derecha, como por cierto pasa con el liberalismo en varios países actualmente.
Revisemos un poco al liberalismo para ver en qué lado del espectro lo podríamos ubicar. El liberalismo defiende, primero que todo, la libertad individual frente al Estado. Nace en contraposición a los Estados absolutos donde la clase gobernante tenía más privilegios que los súbditos, y los funcionarios del Estado cometían atropellos contra ellos. La legalidad estaba reservada convenientemente, según fuera el caso, a aquellos con mayor o menor cercanía a los órganos del Estado. El liberalismo propone el Estado de derecho, la igualdad de todos ante la ley y la rendición de cuentas de los gobernantes ante los ciudadanos. Esto suena muy parecido a la igualdad de derechos que tanto esgrimen los izquierdistas frente a regímenes autoritarios que abusan de sus ciudadanos impunemente.
Luego, el liberalismo defiende algo que va de la mano con lo anterior: la libertad económica y de propiedad. Uno de los privilegios de la clase gobernante, a nobleza y el clero, es que eran los únicos que podían tener propiedades, así que eran los únicos que podían poseer riquezas, el resto de la población tenía que trabajarlas para ellos o morir de hambre, y esperaban de los reyes y nobles sólo lo suficiente para mantenerse con vida. El liberalismo propone que todos tengamos la oportunidad de poseer y acumular riquezas según nuestras propias capacidades y aspiraciones, eliminando los privilegios exclusivos de una clase gobernante.
Analizando todo esto, podríamos concluir que el pensamiento de izquierda es más afín al liberalismo que el de derecha, pero históricamente ha habido grupos de derecha que han tomado medidas liberales, sobre todo económicas, simplemente porque les ha convenido, al igual que grupos que se dicen ser de izquierda pero terminan imponiendo una jerarquía férrea para gobernar sin posibilidad de que alguien fuera de las élites pueda acceder al poder.
Mi punto es que el liberalismo está más allá de ser de derecha o de izquierda, en realidad no tendría caso ser de ninguna de las dos, porque entra en un espectro totalmente diferente, el de Libertad-Autoridad, es ahí donde se empieza a ver una diferencia. Una persona que quiera desarrollarse libremente según sus propias capacidades y esfuerzos sin depender de nadie es más liberal que aquella que quiere que el Estado esté presente en cada aspecto de la vida de todos como si fueran todos parte de un organismo al cual hay que someterse.