viernes, 11 de abril de 2014

Primer encuentro en 15 años

Mucha gente no cree en el diálogo entre el gobierno y ningún sector democrático en Venezuela. Es justificable porque, como decía Yanes, esto no es un gobierno democrático y tratar de dialogar o aplicar métodos democráticos con ellos no va a funcionar. 

Ayer, aun bajo la mirada enfurecida de todos, fue la Mesa de la Unidad a dialogar con el gobierno en su propio terreno. Veo a gente diciendo que ambos bandos se deberían ir a un foso, que nos hicieron perder el tiempo a todos y que esto no llevaría a nada. Pero hay que ser muy perspicaz para notar lo que realmente lograron los líderes de la MUD en esa reunión.

No lograron cambiar el modelo económico, ni liberaron a los presos, ni sacaron a Maduro. Eso ya lo sabían ellos y lo sabía toda Venezuela. Los logros son mucho más sutiles y que si son manejados con destreza por todos nosotros, podrían abrir los canales que Chávez creyó haber cerrado para siempre.

Hubo en principio varios elementos que hay que aplaudirles porque supieron leer la situación política y sus propias posiciones. Todas las cosas que un opositor les podría reprochar al estár sentándose con el gobierno, fueron aclaradas inequívocamente por ellos. Primero se evidenció que no estaban allí para apagar la calle, Julio Borges fue muy claro en decir que la protesta pacífica debía continuar. Segundo, no estaban allí en calidad de representantes de nadie, varios fueron muy explícitos a la hora de decir que ellos allí no estaban para hacerse pasar por voceros de ningún sector. Tercero, estaban claros en que ese diálogo probablemente no iba a llegar a nada, Velázques fue el que mejor expuso ese punto.

Definitivamente eso no fue un logro, fue un enunciado. No somos "La Oposición", no le vamos a decir a los demás lo que tienen que hacer, ustedes no son demócratas, y estamos claros.

Ahora, lo que sí se hizo en esa reunión es en extremo importante. En principio se mostró que la protesta, cualquiera que los estudiantes y sociedad civil hayan hecho durante las últimas semanas, tienen al gobierno en una posición de ceder o caer. Esto lo tuvieron muy en cuenta y expresaron su apoyo a las protestas mientras no se adosaban ninguna, es decir, no se tomaron el crédito de la lucha espontánea que hay en la calle sino que más bien la legitimaron frente al régimen en cadena nacional.

También hicieron la tarea de darnos más armas. La intervención de Ramos Allup, por más mal que caiga ese señor, fue brillante porque desmontó todos los mitos del chavismo y todos los argumentos que usa el gobierno para fustigar a toda la disidencia. Ese discurso no estaba dirigido al gobierno, sino a todos nosotros. El gobierno no va a escuchar, en eso estamos claros todos, pero nosotros vamos a hacer comentarios, consignas, memes, carteles y canciones con esas ideas. No con Ramos Allup, sino con ese concepto de Hegemonía que usa el gobierno, el disparate de la unión cívico-militar, las acusaciones de golpe, y todas las tonterías que el gobierno repite como un rosario sin sentido que están fuera de la constitución. Allúp desmintió a Maduro en Cadena Nacional, pero aun más importante que eso, hizo callar al militar y dejó sin palabras al oficialismo. Y no lo hizo mal educadamente, lo hizo como ciudadano mostrando el verdadero poder que cada uno de nosotros debe tener sobre el gobierno. Si sabemos hacer las cosas bien, esto tiene que convertirse en algo cotidiano, como dijo Aveledo.

También se vio a Maduro luchando por su supervivencia. Todos vimos que Maduro tenía ganas de ceder, pero sus "compañeros" estaban pateando la mesa y tumbando todas las posibilidades de encuentro. Recurrían a falacias para justificarse, algunas tan burdas como acusar a Molina de "haber tomado parte en este desastre económico", tratando de invalidar su posición sin darse cuenta que aceptaban el desastre. Otros eran más descarados, como Eeckhout diciendo que Borges llamó minutos antes a "calentar la calle". Pero lo mejor que Ramirez dijese en cadena nacional que ese modelo económico sí había sido exitoso para ellos. Todo esto conspiraba contra lo que sea que Maduro tratase de hacer, y lo colocaba como un simple monigote, un Zar Nicolás II inepto atrapado entre chacales que lo tratan como a un niño frente a todo el país.

La agenda de la MUD fue manejada muy hábilmente y ninguna de las intervenciones tuvo pérdida. Cada uno manejó su punto sin salirse, sin perseguir las conchas de mango que les tiró el oficialismo, de hecho dictaron el curso de la conversación. Hasta hicieron propuestas concretas, así sean más diálogos con el gobierno, pero las hicieron. No hubo nada que yo, y muchos de los que leo en mi muro, no le hubiesemos dicho al gobierno. Yo no escogí a esos interlocutores, bates quebrados y todo lo que los queramos llamar, pero que ellos dijeran todo lo que había que decirles, sin retórica socialista (sorprendentemente), han hecho que mis horas de protesta, terror y resistencia hayan valido la pena.

¿Qué hacer ahora?


Ciertamente no sentarnos a ver qué hace la MUD. Seguimos en la misma posición, no nos representan y no confiamos en el diálogo. Confiamos en que protestando el gobierno quiera dialogar y eso es otra cosa muy distinta. Así que a seguir en la calle, seguir protestando y seguir haciendo que quieran negociar. Hasta que el gobierno diga en cadena nacional que sí va a cambiar sus políticas económicas, sí va a hacer caso a las demandas de los estudiantes, profesores y sociedad civil, y sí va a dar acceso a la gente a la información sobre las cuentas y gastos totales del gobierno. No es que vayan a querer, es que nos da la gana.

Lo que sí esta claro es que en ningún lado la democracia se ha ganado democráticamente.

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