lunes, 10 de mayo de 2010

Colonización Propia

Cuando se habla de colonización y conquista, normalmente se hace referencia al proceso iniciado por los europeos al descubrir América, o unas características exclusivas de los imperios llamados occidentales al tratar de expandir sus dominios y territorios. Se oye hablar de los vicios que trajo la cultura occidental a los “pueblos puros” de nuestro continente y que todo estaba bien antes de la llegada del hombre blanco a nuestras costas. Siempre se ha hablado de la paz en que vivían nuestros aborígenes y de la armonía con que reinaban o se relacionaban los pueblos unos con otros, pero se sabe que las cosas en América no eran tan felices como algunos aseguran.
            Los pueblos que ocupaban nuestras tierras, entre ellos los Caribes, se encontraban en pleno proceso de expansión y conquista de nuevos territorios cuando los españoles llegaron. Se sabe que ocuparon gran parte del norte de América del Sur, llegaron a explorar las Antillas hasta lo que actualmente es Estados Unidos, y bajaron hasta el actual Perú, según evidencia arqueológica. Eso nos da una idea del interés que este pueblo tenía en expandir sus fronteras. Pero hubo otros pueblos que practicaban métodos políticos muy parecidos a los observados en el viejo mundo antes de la llegada de los europeos al nuevo mundo.
            Los Mayas, por ejemplo, eran un pueblo bastante organizado con una organización social que recuerda mucho al feudalismo. Las tierras pertenecían a la nobleza, quienes cedían parcelas a los campesinos para que las trabajasen y dieran el producto a sus dueños. La nobleza estaba constituida por ciertas familias privilegiadas y era hereditaria. Ocuparon el sur de México, Guatemala, Honduras y Belice durante su período de mayor expansión. Durante el período post clásico y hasta la decadencia de este pueblo, los Mayas estuvieron en guerra casi constante entre ellos mismos por el control de los territorios y ciudades.
            Los Aztecas fueron crueles colonizadores. Su centro estaba ubicado en Tenochtitlán. Aunque por un tiempo el imperio azteca estuvo regido por la llamada triple alianza de tres ciudades, pronto la gran ciudad de México se impuso sobre los otros dos grandes poblados. Los altépetl eran asentamientos indígenas pertenecientes al imperio azteca, pero no eran un pueblo unificado, sino que cada uno rendía tributo a Tenochtitlán. Se llegaron a contabilizar unos 38 altépetl durante el gobierno de Monctezuma y, aunque permitían cierta autonomía religiosa y política a cada asentamiento, se les obligaba a aceptar al dios mexica como deidad superior y pagar altísimos tributos.
            Otro pueblo colonizador fue el Quechua de los Incas quienes anexaron muchos pueblos desde Ecuador hasta Chile, conquistándolos e  imponiendo su lengua como oficial. Los emperadores tenían autoridad absoluta y su poder provenía de la voluntad divina. Practicaban algo parecido a un comunismo de estado, es decir que las tierras pertenecían a la comunidad pero las parcelas eran asignadas por familia para que las trabajasen. No había movilidad de clases, es decir, las clases sociales eran bien diferenciadas y respetadas por todos en el imperio sin permitir el mestizaje, eso significaba que el que nacía pobre, moría pobre.
            Mi creencia es que América estaba aún en proceso de exploración y población. Al no haber llegado al límite poblacional, los indígenas no se vieron forzados a competir entre ellos y lo que hacían era migrar hacia tierras aún inexploradas en busca de paz y más recursos mientras que los imperios se expandían. Faltaban siglos antes de que las fronteras entre civilizaciones imperiales colindaran, y comenzaran realmente a competir tecnológicamente.
            De cualquier manera, asegurar que los pueblos del “viejo mundo” trajeron sus vicios a nuestra "impoluta tierra de riqueza y bondad" sin igual es, por lo visto, una visión errada de nuestra verdad histórica. 

2 comentarios:

  1. Constantemente, nos hemos declarado atropellados del pasado y en consecuencia de ello seguimos agonizando en el futuro. La verdad verdadera de nuestras naciones solo aplica al que le convenga en cuestión, somos y seguimos siendo presos de nuestra propia insurgencia e ignorancia, solo vivimos en achacarles las culpas al más pendejo, y por consiguiente seguimos esperando por un cambio el cuál sale solo de nuestras propias entrañas, de nuestros propios conocimientos, de nuestras propias verdades. Si no vemos más allá de la situación solo quedarán restos de lo que supuestamente somos y de lo que algunas veces fuimos y que ahora seguimos sin saber nada. Si decimos que hay que conocer el pasado para enfrentarnos al presente irónicamente se presenta este problema Cuál es nuestro verdadero pasado? O sí lo sabemos, que hemos aprendido? El hecho es, y no se si me desvié un poco del tema pero el transcurrir de los años nos hemos sentido cada vez más golpeados, yo opino que por nosotros mismos, las desigualdades, la discriminación de razas, los niveles sociales han sido y siempre serán el punto que nos distingue como nación y creo nunca terminarán, para mi las igualdades entre sociedades nunca serán más para el MENOS siempre para el MÁS, en ese caso un hombre con poder siempre será el seguido por las masas sin importar la condición y jerarquía que se tenga o las pendejadas que te haga creer; “ la palabra de uno con poder podrá más que la voz de la verdad histórica y la solución de un mañana”.??? Pero bueno seguimos en la lucha y a mal tiempo… un paraguas jejej! Excelente tu artículo más de uno debería leerlo!

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  2. Hay mucho de lo que nos afecta en tus palabras. Es decir, tendemos a creer que el hombre poderoso nos manipula simplemente por tener recursos, pero la verdad es que la gente es manipulada porque ella así lo quiere.

    Cuando nosotros mismos vemos que las "desigualdades" son producto de las ambiciones de un grupo sobre otro, la solución más natural es aliarnos con algún bando con un líder que nos guíe hacia la "liberación".

    Pero la historia ha demostrado que cuando la gente deja de pensar así, ese tipo de líderes desaparecen y las sociedades son más racionales ya que se guían por leyes y no por hombres con pasiones. No hay unos que más o que menos, hay sólo intereses y formas de conseguirlos.

    Los españoles tenían intereses al llegar aquí, y los consiguieron aunque de manera muy diferente a lo que habían esperado, y fueron los mismos europeos los que liberaron al negro y al indio, fueron los mismos reyes los que exigieron de alguna u otra manera que se respetaran las almas de los indios. Nada tenía que ver con facciones y grupos poderosos. Lo mismo acontece ahora, nos encanta pensar que hay un grupo injusto que nos oprime, y nos aliamos a cualquiera que nos diga que nos va a liberar de ellos. A la final, terminamos renunciando a nuestra libertad y aplastando la de otros en favor de alguien con intereses. Es la historia de los gobiernos latinoamericanos que siguen manipulando la historia para hacernos seguir a héroes de la libertad haciendo que renunciemos a ella.

    Lo único que hay que hacer es comenzar a pensar racionalmente y ver lo que hay detrás de cada uno de esos discursos de "los más y los menos", que hacen que tomemos bandos cuando en realidad no hay bandos y todos somos parte de una misma sociedad.

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